domingo, 2 de diciembre de 2007

No veo las redes de la ciudad, quiero decirme a mi mismo que no me importa pero no logro evitar que no me frustre.

Me convertí en viandante hacia las cuatro de la tarde, aun no creo que halla pasado más de una hora pero me tranquiliza pensar que estoy en uno de los mejores sitios en los que puedo descansar.

Vuelvo a pesar en las redes de la ciudad quien quiere encontrarse con quien, quien quiere hacer desaparecer a quien o cual de ellos va ha definir tajantemente la ciudad.

No puedo caminar más para que mi perspectiva aumente, basta con que mires el núcleo, me dicen, entenderás todo lo soportable a estas alturas: suficiente para tu cosmología.

A simple vista no se observan las formas de los edificios, con eso me serviría para saber cual es el tiempo imprescindible que debo estar aquí oyendo los sismos de los habitantes.
He tenido que recorrer en círculos todas las discrepancias q nos separaban de los gestos entre parpadeos antes de acostarme. Hubiera asentido como tu, con 17 años y el esperma derramandoseme por el muslo todos los días de más de 2 horas de estudio, nunca me mirabas, no hacia falta que lo hicieras me resolvía sin necesidad de aprobación con ingenua soltura y aun a expensas de tu persistencia en mi fragilidad, nunca sucumbí a la realidad.